El viernes, tras el intercambio de regalos del juego de "Amigos invisibles" y una breve evaluación del Seminario, ya tocaba empezar con las despedidas. Los primeros en irse fueron los alumnos alemanes. Los demás, holandeses, italianos y españoles, nos fuimos de nuevo compartiendo autobús, con destino La Haya. Allí pasaríamos los dos últimos días. Todavía podíamos aprovechar unos últimos momentos juntos.
El sábado italianos y españoles teníamos como actividad la visita al Mauritshuis donde pudimos ver joyas como "La Joven de la Perla" o la "Vista de Delft" de Vermeer, o "La Clase de Anatomía" de Rembrandt. Como los alumnos de Italia tenían que hacer una "caza del tesoro" como actividad de clase, los españoles decidieron ayudarles. Bueno, al menos lo intentaron. Se formaron grupos y empezó la "caza".
Pero lamentablemente llegó la despedida. Muchas, pero muchas lágrimas. Así como promesas y futuros planes de reencuentros. Esperamos que sean posibles.
Para acabar un día lluvioso en La Haya decidimos ir en tranvía hasta Scheveningen, en la costa, y a Delft, en el otro extremo de la línea.
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